1 de abril de 2008

"El hombre de las mil caras" cumple 125 años

El 01 de abril de 1883 en Colorado Springs, E.E.U.U, nacía Leonidas Frank Chaney, quien años después se convertiría en la estrella indiscutible de esas primeras décadas de auge del cine de terror en el que las palabras sobraban. Antes que Bela Lugosi y Boris Karloff, Lon Chaney era el nombre que atraía a miles de espectadores hambrientos de emociones intensas.

Lo llamaban “El hombre de las mil caras” por su capacidad de transformarse, creando su propio maquillaje y adaptando su cuerpo al personaje. Así fue Quasimodo en “El Jorobado de Notre Dame” (The Hunchback of Notre Dame, 1923), Erik, en El Fantasma de la Ópera” (The Phantom of the Opera, 1925), Alonzo “sin brazos” en “Garras Humanas” (The Unknown, 1927), entre muchas otras caracterizaciones que exigían ser un camaleón constante y por añadidura con habilidades extraordinarias, capaz de filmar enfundado en un arnés que ocultaba sus brazos o utilizando sus pies como manos para beber, fumar, etc.

El Jorobado de Notre Dame, 1923

Su gran aliado fue ese otro genio del terror y de lo bizarro, Tod Browning, con quien compartía un pasado de teatros populares y el amor hacia lo que despectivamente se denomina “distinto”. Realizaron juntos numerosas películas, entre ellas la ya mencionada “Garras humanas”, “El Trío Fantástico” (The Unholy Tree, 1925) y la mítica “Casa del horror” (London After Midnight, 1927), cinta que todos los amantes del género soñamos ver y con la que de cuando en vez nos juegan bromas sobre la existencia de una copia. Nada de nada. Solo nos queda conformarnos con los fotogramas y seguir soñando.

El Fantasma de la Ópera, 1925

Un cáncer a la garganta truncó la posibilidad de interpretar al Conde Drácula en la adaptación que hiciera Browning de la obra de Bram Stoker, en la que hubiera sido su segunda película sonora tras filmar el remake de “El Trío Fantástico” dirigido por Jack Conway. Ya sabemos a quien Browning dio el papel, y aunque el resultado sea estupendo, no podemos evitar pensar en cómo hubiera sido interpretado ese monstruo seductor en la piel de Chaney.

El gran Lon Chaney, con más de cien películas a cuestas, falleció a los 47 años víctima de la enfermedad que padecía el 26 de agosto de 1930, llevándose consigo una época irrepetible. Desde aquí te celebramos, maestro!

1 comentario:

César Santivañez dijo...

Ya lo dijo Gloria Swanson, como Norma Desmond, en Sunset Boulevard: "No nos hacían falta palabras... teníamos rostros". Cuán cierto resultó siendo aquello.