Sor Aloysius (Meryl Streep) dirige severamente una escuela parroquial del Bronx a mediados de los sesenta. No obstante, deberá lidiar con el Padre Flynn (Philip Seymour Hoffman), quien no concuerda con sus métodos educacionales. Por este motivo, luego de escuchar un comentario respecto al excesivo acercamiento del sacerdote con uno de los alumnos, buscará hacerse de una verdad que desea escuchar.
En "La Duda", intolerantes, progresistas e instituciones supuestamente intocables están cubiertas por un halo de sospecha permanente. La interpretación subjetiva, las constantes interrogantes, son las armas que utiliza el director John Patrick Shanley para retarnos desde la pantalla. Por ello, el rol del espectador no solo se reduce a apreciar un punto de vista o un misterio develado hacia el final, sino a participar del filme más activamente, intentando desentrañar el por qué de las acciones que desarrollan estos personajes que no dicen todo de sí.
Ese desafío se lleva a cabo desde una narración sobria, alejada de tremendismos o sorpresas innecesarias, pero sin dejar de transmitir el calvario de sus protagonistas que se presentan solitarios desde sus trincheras, tan al filo de la inocencia como de la culpabilidad. Es en este aspecto, que el trabajo actoral es un punto de apoyo primordial para continuar con la incertidumbre e intentar no tomar partido. Así, Sor Aloysius aparece como una rígida e intolerante religiosa atrapada por una paranoia que, sin embargo, encontrará alguna justificación en experiencias previas con malos sacerdotes; mientras que el Padre Flynn nos muestra su rostro amable y mensaje libertario, para después no terminar de explicar un hecho del pasado que aparentemente lo acusa, basándose en la indignación de la que es objeto.
Los diálogos de la película conservan ese regusto teatral de la obra original que - por qué no decirlo - no le resta, sino por el contrario enriquece al filme en toda su tensión dramática y por supuesto le da oportunidad a Streep y Seymour Hoffman para el lucimiento de sus respectivos papeles, sobre todo en los momentos finales en que presenciamos el profundo resquebrajamiento de sus personajes.
Sin respuestas absolutas, "La Duda" es una cinta que hace que observemos nuestro interior y nos animemos a cuestionar esas certezas, que bien pueden ser un espejismo o lo que nos es más cómodo, más fácil de aceptar. John Patrick Shanley reflexiona sobre la incertidumbre como un signo de la vulnerabilidad que debe poseer todo ser humano.
4 comentarios:
Me ha gustado mucho esta película y es cierto que el director (y autor de la obra teatral) ha conseguido crear ese ambiente de duda que no nos deja ni siquiera en el final...
Pues ya me ocuparé en verla, porque estos dos actores son de respeto. Ademas el tema es espinoso.
Mr. Ripley:
Ese es, definitivamente, el gran punto a favor que tiene esa película. Permite dudar de las propias y distintas conclusiones.
Saludos,
Darkerr:
Sí, ver a Seymour Hoffman y a Streep juntos es un regalo. Cada quien está perfecto en su papel. No dejes de verla, de seguro te va a atrapar...
Saludos,
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