
Argentina, en la década del cincuenta. Mientras Eva Perón, gravemente enferma, agoniza en su cama, el día a día transcurre sin mayores novedades para los detectives Corvalán (Ricardo Darín) y Santana (Diego Peretti), que se encuentran siempre a la caza de esposas o maridos infieles y estafadores de poca monta. Sin embargo, todo se trastocará cuando una tarde, Corvalán reciba una nota con el nombre y teléfono de una atractiva y misteriosa mujer que lo mira insistentemente desde la mesa contigua.
El proyecto que dejará en etapa de preproducción, el fallecido Eduardo Mignogna, director argentino de títulos como "Sol de Otoño" y "El Faro", fue retomado por el conocido actor Ricardo Darín, quien asumió el reto con Martín Hodara, en esta película que protagoniza y que además es su ópera prima.
Todos los elementos del buen cine negro se reúnen en los 95 minutos de "La Señal". Así, encontramos a un héroe rudo, cínico y - en un primer momento - reacio a expresar sus emociones en la piel de Corvalán. Su compañero Santana es el escepticismo e intuición encarnados, poseedor además de la sabiduría que le ha dado la calle, lo que hace que pueda ver más allá del apasionamiento y desconfiar de aquel ángel en tacones que se deja ver solo cuando ella quiere. Una femme fatale o vehículo al infierno, como muchas hubieron en el Hollywood dorado y que llegaron de la mano de realizadores como Fritz Lang, Jacques Tourneur, Orson Welles y Billy Wilder.

"La Señal", no es una gran película, pues posee un epílogo apresurado, echado un poco al facilismo e innecesariamente sentimental; no obstante, se deja ver por las virtudes mencionadas y porque además cuenta con buenas actuaciones, destacando Diego Peretti, en el rol del desencantado y leal Santana.